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lunes, 16 de abril de 2012

CONSIDERACIONES PARA LA ENSEÑANZA Y LA INTEGRACION SOCIAL


PROMOVIENDO LA INTEGRACIÓN SOCIAL DEL NIÑO CON AUTISMO

La integración de un estudiante con autismo en un aula común representa un verdadero reto, tanto para el estudiante, como para su familia, pero es quizás un reto mayor para los educadores y profesionales de la escuela regular, es una tarea difícil, pero no es una labor imposible.

Sin embargo, requiere de muchísima paciencia, positivismo, creatividad y flexibilidad de parte de todos los involucrados; en una palabra, se necesita urgentemente de Visión de futuro, porque todo aporte que los maestros de la educación regular hagan hoy en favor de la integración de alumnos especiales producirá grandes frutos el día de mañana.


La problemática de una utopía

La integración de un niño autista a la escuela regular es un área bastante desolada, se pueden esgrimir varias razones para ello, sin dejar de mencionar que las limitaciones provienen muchas veces de la misma educación especial desde donde muchos prefieren y desaconsejan la integración aún en casos de niños con necesidades educativas especiales de alto rendimiento.
La segunda gran barrera es que la integración de un niño especial, en muchos casos, implica aumentar, aún más, la sobrecarga de trabajo de los profesores de la clase común, esto es particularmente cierto en el caso de los estudiantes del espectro autista, pues en la mayoría de los casos los docentes de aulas regulares no estan preparados para recibir a este tipo de niños (menos aún cuando no se obtiene el apoyo y la supervisión por parte de profesionales experimentados en el tema del autismo) y, frente a este cuadro, podrían darse al menos dos situaciones:


Que la integración escolar sea tan sólo una especie de “guardería” para el niño autista , sin respuesta alguna a sus necesidades educativas, o

Que se le apoye al respecto gracias a que el docente se interesa en el tema y se prepara por iniciativa propia.


Se hace evidente que no es realista esperar que los profesores de la educación común y los estudiantes sin discapacidades desarrollen independiente y exclusivamente todos los ajustes necesarios; todos los actores involucrados con el estudiante con autismo deben colaborar urgentemente en la tarea de implementar y hacer realidad un plan de integración escolar, partiendo por una actitud positiva respecto del tema por parte de los educadores diferenciales y de la educación regular, administrativos y otros profesionales de la escuela, pues los estudiantes con autismo, sobre todo los que recién comienzan su etapa escolar, no pueden esperar eternamente a que el sistema cambie.


Pero... ¿por qué integrar?

Primero , porque son niños, con los mismos derechos de todos los demás y , por que la integración escolar es el primer gran eslabón hacia la integración social, aún sabiendo que el autismo no se cura y que muchas, sino la mayoría, de las personas autistas no podrán llevar una vida totalmente autónoma, la integración escolar es un puente a una vida más adaptada al mundo “común”, talvez menos limitada, idealmente más independiente y definitivamente más plena.


Lo que implica la Integración


El principio de integración implica que se eduque a un estudiante con necesidades especiales, de modo que al menos se le permita la oportunidad de estar y relacionarse con otros niños.
De ningún modo significa que deberá responder en todas las asignaturas regulares así como tampoco implica que se deba prescindir de los servicios especiales.
Todo lo contrario, pues el trabajo conjunto de la educación regular y la especial es indispensable para el éxito de la tarea.


Los beneficios de la Integración escolar

El mayor beneficio que conlleva la integración es que le permite al estudiante con autismo formar parte de un “mundo típico” y el mayor beneficio para los maestros y alumnos “normales” es la posibilidad de conocer y sentir la inmensidad que encierra una persona especial.
Aún cuando el alumno con autismo no se integre o trabaje en todas las clases , es importante que tenga modelos “normalizadores” y los estudiantes sin discapacidades tienen la oportunidad de crecer viendo a las personas especiales como sus iguales, aprendiendo a aceptarlas y respetarlas , puede proporcionarles para siempre una visión diferente de la vida; un escala de valores más humana o prepararlos, por ejemplo, para afrontar una situación discapacitante, a la que nadie está ajeno, de mejor manera, en suma, puede ser un aporte para que lleguen también a ser seres humanos más plenos.
Es por esto que hablamos de integración social ya que, más que una preparación sólo en el ámbito académico y funcional , se busca una inserción más armónica e igualitaria dentro de sus grupos de pares y su entorno social en general.
Es importante señalar que, la sola preparación académica de un alumno con necesidades especiales no lo prepara necesariamente para su desarrollo e inserción social, sin embargo, una adecuada integración social puede facilitarle, o estimularlo al mejor desarrollo de sus capacidades cognitivas.
Por supuesto, no podemos negar que existe la posibilidad de que ocurra todo lo contrario; que el alumno especial se sienta abatido, acaso rechazado (por su condición o bien porque el resto de los alumnos sienta que hay “privilegios” al eximirlo de alguna asignatura o adecuar los programas y formas de evaluación) y desmoralizado por no estar a la altura académica del resto; por esto es tan importante que, de llevarse a cabo, el proceso de integración comience a temprana edad y sea visto como un proyecto serio y participativo de todos los estamentos interesados.



¿Es la Integración la opción adecuada para todos los niños autistas?

Posiblemente, quienes tienen mejor pronóstico para la integración escolar son los niños autistas llamados comúnmente de alto funcionamiento y los niños con trastorno de Asperger.
Sin embargo, creemos que la integración es lo adecuado y deseable para todos los niños, independientemente de sus características individuales y, ya que hay varios niveles de integración, para cada chico se puede adecuar la forma que mejores beneficios le ofrezca.


Nuestros Propios temores

Aún cuando se dieran ciertas condiciones, como las mencionadas anteriormente, para la integración escolar de un alumno con autismo existe una barrera igualmente difícil, y por cierto muy comprensible, por superar; nuestros propios temores frente al cúmulo de situaciones para las cuales nuestros hijos no están preparados por la propia naturaleza de su problemática.

La etapa escolar, y la vida en general, ya es bastante complicada y a veces incomprensible, para las personas “normales” ,por otro lado, nuestro sistema escolar tal y cual lo conocemos ahora es un sistema altamente competitivo que privilegia muchas veces una mera adquisición de conocimientos académicos por sobre la formación de un ser humano integral con sólidos principios y valores.

Las personas con autismo, por otra parte, son simples en su complejidad; no mienten, no conocen ni comprenden bien de sarcasmos, dobles sentidos, bromas o engaños, aún las personas autistas con buen lenguaje oral y más funcionales presentan problemas en estos y otros aspectos de las relaciones sociales por lo que desde ese punto de vista están más expuestos a situaciones de las cuales obviamente queremos protegerlos partiendo por ejemplo del hecho conocido de que a cierta edad, los niños “normales” pueden llegar a ser muy crueles con aquellos a quienes consideran diferentes, “raros”, o simplemente más débiles que ellos .

Es por esto que, de ser posible, lo ideal es el inicio temprano del proceso de integración, de manera que los niños sin problemas y el niño con autismo compartan desde pequeños y, si permanecen juntos a lo largo del tiempo escolar, las probabilidades de aceptación , respeto y cariño serán más auspiciosas que cuando se trata de insertar a un niño autista ya mayor al sistema regular.

A este respecto, muchas veces se espera el logro de algunos objetivos con el niño autista antes de intentar una integración escolar, con lo cual, puede pasar algún tiempo antes de que esta alternativa sea sugerida por los especialistas.

Esperar el logro de algunos objetivos (control de rabietas, tiempo de atención, etc.) previo a la sugerencia de la integración es también un asunto relativo, pues no en pocos casos se ha informado que los niños con autismo integrados evolucionaban favorablemente en sus conductas precisamente por el hecho de estar en un ambiente mas “normalizador” y con un adecuado y oportuno apoyo de la educación diferencial; por el contrario, para muchos niños el planteamiento de la integración puede llegar cuando han “dominado” ciertas conductas, pero quizás demasiado tarde en términos de edad y probabilidades de inserción y aceptación del grupo de pares.
Sin pretender menospreciar el consejo de los profesionales a cargo, son los propios padres quienes deben tomar la última decisión, evaluando los posibles costos y beneficios de optar por la integración escolar.
Por el contrario, si desean permanecer en un sistema cien por ciento diferencial que le ofrezca alternativas de desarrollo de sus potencialidades y donde además se le sienta más “protegido” es algo que nadie puede o debe cuestionar.
Las experiencias de integración de niños con autismo al sistema regular se han logrado mayoritariamente en colegios pequeños , con atención más personalizada .

El mundo nunca será un lugar lo suficientemente bueno , seguro y solidario para personas como aquellas con autismo y, desde este punto de vista, parecen destinadas a permanecer siempre bajo un alero protector y supervisor.

La educación integrada es una esperanza para que las personas con autismo puedan acceder, sino plenamente, al menos de mejor forma al mundo corriente, pero para esto es muy relevante que el proceso comience desde temprano, para que tanto los niños con autismo como el resto de sus compañeros lo vivan como un proceso “normal” y crezcan dentro de un marco de respeto real por las personas diferentes.

La posibilidad de la integración escolar y social de las personas con autismo no solo proporciona una esperanza de mejorar la calidad de vida de éstas, proporciona también la esperanza de que los niños “normales” , las futuras generaciones, no sólo lleguen a ser exitosos académica y económicamente hablando , sino que lleguen a ser algo mucho más importante; mejores seres humanos.


Consideraciones para tener en cuenta frente a la enseñanza de un niño con autismo:

Los niños con autismo, independientemente de sus características individuales, tienen una forma diferente de percibir el mundo y una forma diferente de procesar la información que reciben del medio externo.
Conocer esto es fundamental para desarrollar cualquier plan de trabajo con ellos, procurando siempre sacar provecho de estas características especiales para lograr enseñarles cosas de una manera efectiva.


Lo que sabemos sobre el procesamiento de la información en los niños con autismo :

*Las personas con autismo son malos para procesar la información del tipo: invisible (como lo es el lenguaje...pues una palabra se dice y desaparece), temporal ,verbal, abstracta y simbólica.


*Como contrapartida, son muy buenos para la información del tipo : visual, espacial y concreta.


*Ahora bien, si analizamos los símbolos para representar la realidad tenemos:


*Lenguaje hablado: es abstracto, es información pasajera, entra por secuencias auditivo temporales...es decir, tres características para las cuales el autista no esta bien preparado, por lo tanto una enseñanza basada solamente en lenguaje oral pudiera no ser muy efectiva para ellos.


*Lenguaje escrito: también es abstracto, pero es información que permanece y que entra por canales visuales, con secuencias temporales; dos características con las cuales los niños con autismo se manejan bien.


Esto ayuda a explicar en parte por qué algunos niños autistas pueden “leer” o incluso escribir (en los niños con síndrome de Asperger esto puede apreciarse a edades muy tempranas), aún cuando no puedan hablar ni entiendan necesariamente lo que están leyendo o escribiendo; las palabras se fijan como un todo, como un dibujo o un logo comercial.


*Fotografías o Pictogramas: menos abstracto, muy concreto y es información permanente que entra por canales visuales en secuencias visual temporal, todos elementos comunicativos con los cuales el niño autista se puede manejar mejor.


Esta es la razón por que es tan útil trabajar con los niños autistas en base a láminas, fotografías y dibujos para enseñarles algo, explicarle cosas, predecir su día y anticiparles cambios en las rutinas, por ejemplo, una lámina que represente o muestre concretamente (dependiendo del nivel de abstracción del niño) un plato de comida le indica al niño que es la hora del almuerzo mucho más claramente que solo decirle la palabra “almorzar”.


El uso de lenguaje escrito, láminas, dibujos, fotos y signos constituyen alternativas de comunicación para con los niños autistas, sobretodo para aquellos que no hablan, o cuyo desarrollo del habla es limitado,pero aún para los autistas de alto funcionamiento y Síndrome de Asperger se vuelven herramientas muy útiles.



Por qué usar alternativas de comunicación con los niños autistas


Por que se incide en el punto fuerte del procesamiento de información del niño autista.

*Porque se favorece la intención comunicativa.

*Se estimula el lenguaje verbal.

*Se favorecen procesos de atención y contacto social. *Aumenta la solución de dificultades conductuales porque aumenta la comprensión del entorno.

*Aumenta la organización significativa de los datos en la memoria.

*Estimula funciones más complejas de lenguaje.

Además de los métodos alternativos de comunicación es útil considerar la adaptación de los entornos así como el comportamiento de las personas a cargo de la educación del niño autista.

Adaptación de los entornos

Neutralizar la información irrelevante , por que los niños con autismo no son capaces de filtrar la información relevante de la irrelevante (podemos creer que nos esta atendiendo pero puede estar fijando su atención en otra cosa , por ejemplo, si yo le digo “toma el lápiz...y tengo mi mano puesta en el cuaderno, puede suceder que me entregue el cuaderno y no el lápiz, por que entiende de otro modo la instrucción; podría pensar que lo que se le esta pidiendo que tome es lo que yo estoy tocando con mi mano...así también, por ejemplo, un ejercicio de apresto que contiene demasiados elementos a la vez podría confundir a un niño que recién comienza y no entender qué es lo que se pretende que él haga realmente pues no puede focalizar su atención.

*Proporcionar información visual de las actividades,

*Utilizar sistemas de planificación mediante agendas visuales

*Minimizar la incidencia de estimulación senso perceptiva que pudiera ser nociva (ruidos, olores, luces etc)

*Enseñar actividades funcionales y realmente significativas para el niño.


Aqui es crucial la observación de los intereses del niño ya que si la actividad no tiene ningún sentido para él, probablemente va destinada al fracaso.
A este respecto es importante la creatividad y disposición del profesional a cargo, para modificar las actividades a los intereses del alumno.
Por ejemplo, si la actividad consiste en trazar una trayectoria desde un perro a una casa; se podrían cambiar estos dibujos por cosas significativas para el niño, talvez con personajes de sus películas favoritas (“Winnie Pooh va tras la miel” ) o una fotografía de un lugar favorito (“el niño va al Mc Donalds”), incluso se podría modificar con el apoyo de algo real y convertir la actividad en algo con sentido práctico para el alumno (trazar un camino hacia un trocito de galleta por ejemplo y darle ésta cuando realice el recorrido como refuerzo positivo aun cuando, no hay que abusar mucho de los recursos comestibles , pero a veces es lo único que podría motivarlos.

Poco a poco se puede guiar al niño a realizar actividades más estructuradas sugeridas por el adulto, pero al comienzo es crucial captar su atención y disposición al trabajo con cosas de su real interés aunque puedan parecer poco ortodoxas.

*Dotar de sentido a las actividades; esto se relaciona con el punto anterior; evitar caer en actividades repetitivas que no tengan sentido para el niño, por ejemplo, si se le enseña a amasar plastilina, de vez en cuando se puede variar haciendo que amase pan o galletitas, esto es algo que conlleva un propósito concreto para el niño.

*Estimular la predicción y la anticipación de acontecimientos, esto puede hacerse en base a cuentos, historias sociales, láminas, horarios, dibujos, etc.

*Proporcionar enseñanza específica en la estrategia de solucionar problemas, porque los niños con autismo son ,en general, muy inflexibles y ,debido a esta inflexibilidad, pueden usar la misma estrategia para distintos problemas.

*Proporcionar enseñanza específica en flexibilidad y en habilidades de autorregulación, dándoles la oportunidad de que elijan actividades incluso dentro de sus tareas programadas.


Adaptación de nuestros propios comportamientos

Cuando una persona utiliza silla de ruedas, el ideal es proporcionarle un ambiente adecuado, con rampas y otras adaptaciones , si un niño es sordo, se le puede ayudar sentándolo adelante de manera que siempre pueda ver la cara del profesor y ayudarse con la lectura de los labios, por ejemplo.

Es decir, en la mayoría de los casos de discapacidades se procura, idealmente, realizar ciertas adaptaciones para no complicar aún más la vida de las personas; se espera que se integren al resto de la sociedad pero se entiende que presentan un impedimento que es parte de la persona; nadie espera que la discapacidad se cure sólo por el hecho de facilitar la integración.

El caso del autismo no escapa a esto; aún posibilitando su integración la persona continuará siendo autista, pero requieren igualmente de adaptaciones del medio que les faciliten la vida, sólo que en este caso es más difícil, pues las modificaciones han de provenir de las propias personas “normales”; no sólo del conocimiento y comprensión de la problemática autista sino también de la calidad humana en términos de respeto y sensibilidad por las personas diferentes.

Es difícil esperar que estas adaptaciones sociales se produzcan, lamentablemente el mundo, en general, no esta preparado ni dispuesto para las personas con autismo y viceversa pero los cambios deben comenzar por alguna parte ; pueden procurar trabajar en ello las personas directamente involucradas :

*Procurar hacer más explícitas y transparentes nuestra intenciones, puesto que las personas con autismo no se manejan con el sarcasmo, la burla, los dobles sentidos.

*Adaptar nuestro lenguaje, pues las personas con autismo son muy concretas y “literales” en su comprensión de la información.

*Procurar ser más predecibles, pues muchas veces las reacciones inapropiadas que las personas con autismo presentan se deben a que no saben la secuencia de eventos.

Es muy útil para ellos saber lo que acontecerá, pues lo que para nosotros puede parecer obvio para ellos puede ser motivo de mucha angustia y traducirlo de manera poco adecuada socialmente o incluso manifestarlo con auto agresión.

*Usar formatos de enseñanza mas interactivos y abiertos tomando en cuenta las particularidades de la persona con autismo.

*Ser más sensibles a los deseos y espontaneidad de la persona con autismo, esto implica necesariamente estar atentos, pues no siempre sus manifestaciones serán de la manera esperable, implica pues, valorar los intentos comunicativos.

Centro de Padres y Apoderados para el Tratamiento de Niños Autistas (CEPATNA).

Fuente:Jazmín

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