Bueno,con esta entrada no pretendo juzgar a nadie,cada persona sabe lo que debe hacer en su vida y qué cosas pueden hacerle sentir orgulloso de sí mismo y qué cosas no.Tan solo pretendo hacer una reflexión,para mi importante,pues todo lo que tenga que ver con niños,debe hacerse con corazón,con educación y sobretodo con inteligencia.
Durante mi camino con mis hijos,no solo con Natalia,me he encontrado con todo tipo de profesionales,desde médicos,maestros,animadores de fiestas,etc...que intentan hacer bien su trabajo,unos lo logran y otros desgraciadamente no están a la altura.He tenido la suerte de que en nuestras vidas se han cruzado gente maravillosa que nos ha ayudado o que simplemente nos han echo sentir tanto a Santi como a mi,que nuestros hijos están seguros con esas personas,que son cuidados,mimados (en su justa medida,claro),queridos y valorados por ellos mismos,por lo que son,hacen y sienten,como personas independientes de nosotros que son...son Santi y Natalia,no solo nuestros hijos.Damos gracias a esas personas por su profesionalidad,porque son personas que viven su profesion con inteligencia,de manera ética y sin importarles si mamá o papá me cae bien,me hace la pelota o me rie la gracia.Son profesionales que solo con la mirada te dejan claro que están ahí para ayudar en la educación,salud o diversión de tu hijo,que lo respetan como persona más allá de la relación que ellos tengan con sus padres.Entre esas personas (no quisiera decir nombres,primero por no dejarme a nadie,pues afortunadamente conozco a muchos así y segundo por no ofender a nadie,pero creo que hay tres personas que para mi se merecen una mención especial),se encuentran Ana Tollesón,la psicóloga de Natalia (desde el primer momento que la conocí me impregnó tanta calma que supe enseguida que ella era la persona a la que iba a poner en las manos a Natalia),Sara,la profesora de Natalia en la guardería (és la única persona que ha conseguido que Natalia me rechace porque quiere quedarse con ella,por algo será,si mi niña le gusta quedarse allí y no quiere venir a casa conmigo con lo madrera que siempre ha sido és porque ella ha logrado hacer sentir feliz a Natalia allí y eso para mi és lo más)y Esther,la profesora que Santi tenía en p-3 (és de esas personas que desprenden bondad en la mirada,siempre tiene un gesto y una mirada dulce para los niños,para todos y la verdad,me he sentido muy a gusto y tranquila con ella el curso que Santi pasó en su clase,és de esas profesoras que nunca olvidas,que se recuerda durante el paso de los años.
Luego están los otros "profesionales?",los que no diré nombres porque no merecen la pena,los que te llegas a preguntar para qué están ahí,los que desempeñan su labor de la misma manera que si estuvieran en una fábrica,los que no valoran el poder tan grande que les da trabajar con niños,aquellos que si la madre no és de mi agrado,no me paro a conocer al niño,no lo saludo,no tengo un gesto con él aunque el niño se acerque a hablar...aquellos que no se dan cuenta que tienen unas de las profesiones más gratificantes (aunque duras) del mundo y tiran su carrera por la borda por no saber sonreir a un niño.
Bueno,pues solo era una reflexión,espero no haber ofendido a nadie,pero si alguien se ha ofendido,tal vez deba cambiar su manera de actuar y dejará de ofenderse.
Bien Cristi, bien por tu reflexion.
ResponderEliminarUn beso enorme para Natalia y Santi, de parte de mi Nicolas.
Toma ya Cristina qué clarito lo has dejado! Muy buena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias chicas.Como suele decirse,a buen entendedor,pocas palabras...
ResponderEliminarBesos!
Así vamos por la vida, encontrando buenas gentes y otras que tal vez no tienen vocación para lo que realizan.
ResponderEliminary cómo nos duele como mamis, necesitamos mimos, contención.
Besitos a los tesoros!!!