Cuando Natalia era pequeña, había algunos sonidos que no toleraba, como el exprimidor de frutas o la batidora, por ejemplo. Solucionamos el problema ofreciéndole unos cascos que insonorizan el ruido y durante un tiempo funcionó. Por desgracia, solo los toleró un par de años y dejó de querer utilizarlos. Digo por desgracia, porque mientras los usó le fue genial, ya que se los ponía también en el colegio y cuando hacía salidas con el casal y tenían que ir por la calle, estar en estaciones de tren o autobuses, todo el ruido de esas situaciones, dejaban de ser tanto problema para ella, estaba más tranquila y disfrutaba mas de las actividades.
Por suerte, poco después de rechazarlos, la cantidad de sonidos molestos para ella, también disminuyó y asociamos su rechazo a los cascos, a que su sensibilidad auditiva comenzaba a regularse y así fue o así lo creímos. Pero al entrar en la adolescencia (Natalia tiene 15 años ya), esa sensibilidad ha vuelto y con más intensidad, los mismos ruidos de secador, exprimidor, batidora, etc le vuelven a molestar y mucho más que cuando era pequeña o es que ahora lo expresa mejor, que también puede ser. A éstos ruidos, se añaden otros que a nosotros nos sorprenden de una manera brutal porque son ruidos que Santi, su hermano y yo no percibimos a no ser que ella nos lo haga saber, me explico. Por poneros un par de ejemplos : Vivimos en una urbanización bastante tranquila pero a veces se escucha a alguien utilizando la máquina de podar en alguna casa de la calle o un par de calles más allá e incluso a los del ayuntamiento podar por la zona y eso lo comprendemos porque es cerca y lo escuchamos nosotros también aunque no nos moleste en la intensidad que molesta a Natalia, que grita y se tapa los oídos (por suerte a vuelto a aceptar los cascos, bien!). Pero que estemos todos dormidos, con las ventanas cerradas, además su habitación cuando construimos la casa ya la hicimos con doble aislamiento para que no se escuchara ningún ruido de fuera, y que venga a despertarnos llorando y asustada, tapándose los oídos y gritando "ruido" y nosotros no escuchemos nada de nada, abramos la ventana y sigamos sin escuchar nada hasta que Santi afina el oído y a lo lejos, casi en la otra punta de la urbanización se escuche un leve sonido de alguna máquina... eso ya no es muy normal. O que otro día, se altere y se ponga cómo las motos porque una calle arriba esté un camión encendido mientras sus dueños estén fuera, tampoco es muy normal. O que se pase los días cabreada con un gallo de la otra punta también de la urbanización, porque se ponga a cacarear y nosotros solo escuchemos porque afinamos el oído cuando la vemos nerviosa a ella... bueno, pues ésta sensibilidad auditiva tan exagerada, ha comenzado a aumentar durante la adolescencia, cuando nosotros pensábamos precisamente que estaba disminuyendo hace unos años atrás.
Me encantaría saber si a vuestros hijos mayores también les ha pasado o a si a vosotras, adultas recién diagnosticadas de autismo, os sucede. Que hacéis para paliar las molestias que os ocasiona? y también me gustaría saber qué sentís concretamente cuando os sucede? Cómo puedo ayudar a Natalia más allá de mantener éstos ruidos alejados de ella, o a ella alejada de ellos o utilizar cascos?
Podéis contestarme en mis redes sociales, dónde hay más contacto con personas del colectivo, tanto con familiares, cómo profesionales e incluso con activistas autistas adultas recién diagnósticadas que hacen una gran labor difundiendo información sobre TEA.
Sobre el tema de las autistas adultas, me gustaría hacer una aclaración importante. Tenéis que tener cuidado con muchas de ellas, que son falsos diagnósticos, auto diagnosticadas por ellas mismas haciendo test por internet o sin eso siquiera. Una de las cosas que podéis detectar para reconocerlas y bloquearlas es que en sus cuentas mezclan autismo con cosas sobre bisexualidad, transexualidad, genero no binario, demisexualidad, etc...
No tengo nada en contra y me parecen estupendas las cuentas que hablan sobre ello, pero hay un problema cuando mezclamos el autismo en ellas, porque el TEA pasa a un segundo plano, deja de visibilizarse cómo un serio problema dentro de la salud mental y la sociedad deja de tomarse en serio cuentas respetables que informan sobre realidades del autismo. Tanto cuentas de autistas reales adultas, como la de Sara Codina, la que recomiendo que sigáis tanto si estáis en el proceso de diagnostico como si solo tenéis sospechas e incluso para comprender cosas sobre vuestro peque o adolescente con TEA. Y si sois profesiones relacionados con el autismo, terapeutas o maestros, también os la recomiendo, su cuenta y otras que podéis encontrar por instagram. Eso sí, no hace falta ser muy observador para detectar esas cuentas que promueven que el autismo es una condición y no un trastorno ( algo que pone en riesgo acceder a las pocas ayudas que hay en educación y sanidad, aparte de ser una estupidez), que es lo mejor que les ha pasado y que rechazan a las familias "azules", porque ellas son chupi felices y tan egocentristas que piensan que solo ellas son la voz del autismo y madres, padres o profesionales no podemos hablar sobre autismo. Ojo con éstas cuentas, repito y no me cansaré de repetirlo. En la lucha por los derechos de las personas autistas, debemos SUMAR SIEMPRE, ser responsables con lo que mostramos en redes sociales, realistas y sinceras y no mezclar colectivos que nada tienen que ver. Si detectáis cuentas que no cumplen con éstos requisitos, BLOQUEO. Hay cuentas maravillosas a las que podéis seguir, que os mostraran diferentes tipos de TEA (hay de todos los niveles, TEA1,TEA2 y TEA3, TEA verbal y funcional, TEA moderado y TEA severo).
Gracias, estaré encantada de contestar a vuestros comentarios en mis redes sociales, tanto de facebook, cómo de instagram .