Hola a todos y todas, bienvenidas/os a mi historia...o mejor dicho,la historia de Natalia...

jueves, 16 de enero de 2025

Las dos caras de Cris


Madre mía, miro la fecha de mi última entrada y no puedo ni creerlo.
Dos años. Dos años han pasado desde mi última entrada y en éste tiempo, cuantas cosas he vivido.
Algunas durísimas, como el relato que continúa donde lo dejé la última vez. Continuar con mi historia no va a ser fácil, ni bonito. No he vivido lo que se pueda decir, una vida "normalizada o estándar". He pasado por situaciones tan complicadas de vivirlas en la propia piel, como de contarlas y aceptar que buena parte de la sociedad y de la gente que me conoce o que creía conocerme, no podrían imaginarse jamás.
He caído en el mismo infierno, donde he llorado, maldecido y deseado con todas mis fuerzas morirme. Allí conocí a una Cris que llevaba dentro y que nunca le permití hacerse notar.  Una Cris débil, que hace de sus problemas una losa que la aplasta y le impide caminar, que se esconde bajo las sábanas y llora y llora como una niña asustada, que cree que luchar por lo que piensa que le pertenece, por sus derechos y los derechos de todos a recibir las ayudas necesarias para vivir con dignidad, formes parte del colectivo que sea, ya sea discapacidad, color de piel, estatus social o económico, orientación sexual o ideas políticas... no merece la pena.
No, esa Cris me aterrorizaba y la llevaba muy oculta en mi interior. Me hacía mucho daño y la bloqueé en mi mente, en mi memoria. Por eso toda mi vida he sufrido ataques de ansiedad, de pánico, de inestabilidad emocional y rigidez mental.
Tengo TLP (trastorno límite de la personalidad) y eso formaba parte de mi sintomatología. Solo una pequeña parte, porque hay muchos mas síntomas o características que lo describirían. Pero esos eran los más visibles en mi. Se sabe que una de las razones para desarrollar este trastorno és haber sufrido un trauma importante en tu vida (infancia, adolescencia) y no saber o no haber tenido las herramientas y ayuda para poder gestionarlo. Ese fue uno de mis detonantes. Mi trauma era mío o mas bien de esa Cris no luchadora, la Cris que le importaban un pepino los temas sociales porque piensa que hay gente como ella que no merece nada, porque no és nada. O eso le hicieron creer cuando le hicieron daño. Así que el trauma se ocultó con esa Cris en un rinconcito escondido de su mente y la Cris que salía a la luz era esa que se cabreaba ante las injusticias, que se rebelaba ante las normas que eran impuestas por otros a personas que no las merecían o que les causaba perjuicio, la Cris que sacó las garras cuando a su hija la diagnosticaron de TEA y desde el primer día lo gritó y la defendió y dio visibilidad a su autismo para poder lograr para su niña todas las ayudas posibles, tanto administrativas como sociales. Una Cris que no le daba la gana de que su hija viviera presa de los tabúes de otros hacia los trastornos mentales, una Cris que se enfrentaba a quien se le pusiera por delante si intentaban negarle derechos a Natalia para vivir con dignidad, con bienestar, siendo feliz y asegurándome que nadie le haría nunca daño, como me hicieron a mi y con ello, destrozaron mi salud mental. Una Cris fuerte, la que podía con todo. Esa era la cara que se veía de mi. Mi carácter serio y autoritario, mi rigidez para ceder ante cosas que no entraban en mis prioridades, principios o convicciones. Mi ira si no salían las cosas a mi manera o como yo esperaba, mi intolerancia ante los que eran indiferentes al dolor ajeno...
Pero la Cris que bajó al infierno no fue esa. La Cris con la que tengo que continuar mi historia es una Cris que tiene miedo a todo, que no sabe como seguir adelante porque nadie nunca la dejó hacerlo. Que no sabe luchar ni quiere hacerlo, que prefiere cerrar los ojos y hacer como si estuviera muerta ( como se siente). Con ella explosionó mi TLP porque ella era quien en realidad cargaba la mochila de toda mi vida, de todo lo que en realidad soy y no quiero aceptar.
Y es a partir de ese punto desde donde quiero continuar. Es esa Cris la que conoceréis a partir de ahora y la que me ha acompañado casi todo el tiempo durante estos dos años. Ahora empieza a dormir de nuevo aunque ya no la oculto. La dejo descansar simplemente, intentando sanarla al mismo tiempo aunque la labor no sea fácil. 
Ahora, por problemas con las administraciones respecto a los problemas que le causa el autismo a Natalia, vuelvo a tener que guerrear y esta vez no soy solo una madre cabreada que grita DERECHOS. esta vez soy una madre cabreada y que ha aprendido herramientas de gestión emocional para "tocar los cojones" a la administración sin despeinarme, ponerme nerviosa o dejar que me puedan tachar de histérica. Ahora la que tacha de falta de gestión emocional a otros soy yo a esas administraciones y no conforme con eso, me dedico a poner denuncias con nombres y apellidos. Y así, como he dicho, sin despeinarme.
Bienvenidas a la continuación de mi historia, de la historia de Natalia, de nuestra historia.


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